Cuando encontré mi primer trabajo en una gran empresa como ingeniero informático a los 24 años, pensé que la satisfacción que sentí me acompañaría durante años. Que nunca me cansaría.
Al fin y al cabo había conseguido:
- Un trabajo relacionado con lo que había estudiado que hacía sentir orgullosos a mis padres y me motivaba.
- Un sueldo estable y bastante decente, con la posibilidad de obtener aumentos en los siguientes años.
- Un ambiente de trabajo que no estaba mal, donde hice muchos amigos.
Pero, por alguna extraña razón, a los 10 meses más o menos dejaba de estar conforme y sentía la imperiosa necesidad de experimentar algo nuevo.
En 12 años, cambié 6 veces de empresa.
Y la historia siempre se repetía, independientemente de lo bueno que fuese el puesto.
Los horarios de 8 am a 7 pm, de lunes a viernes, acababan por agobiarme. No me gustaba tener que ir todos los días a la oficina, solo poder sentirme medianamente libre los fines de semana, no poder hacer planes de más de dos días porque el lunes tenía que volver al trabajo.
Tampoco me hacía gracia no tener tiempo para hacer todo el deporte que me apetecía, estar durante más de 8 horas al día encerrado con la misma gente, o llegar absolutamente cansado y muchas veces irritado a casa sin poder disfrutar del poco tiempo libre que me quedaba por las tardes.
Cada mes se me hacía más cuesta arriba. Y me quedaban muchos años hasta la jubilación.
Tristemente asociamos jubilación = descanso y libertad, porque ya no tenemos que trabajar.
Acabé sincerándome conmigo mismo: ya no es que el trabajo fuera bueno o malo, el trabajo estaba bien y era todo lo que debía ser… la realidad era que sencillamente no me gustaba ir a trabajar, estar atado a un horario inflexible y que todas las decisiones de mi vida giraran en torno a ese horario esclavizante.
Me mataba la idea de no ser dueño de mi tiempo. Yo quería poder decidir no trabajar un lunes si no me sentía con fuerza o ganas… o si tenía algo más importante que hacer, por ejemplo.
El simple hecho de saber que tres meses más tarde, un lunes cualquiera, estaría sentado en la misma oficina, me producía un gran agobio. ¿Siempre iba a ser así?
Quería estar mucho mucho más tiempo con familia y amigos. Quería tiempo para las aficiones que poco a poco había ido dejando de lado.
Y necesitaba más tiempo para viajar. Con 29 días al año no me daba ni para empezar. Necesitaba 3 o 4 meses para hacer todo lo que tenía en mente. O poder darme una vueltecita al mundo sin dejar de ganar dinero, si tenía esa inquietud.
Así que no, no estaba contento con mi trabajo de oficina, me hacía infeliz, a pesar de que era todo lo que uno puede desear cuando busca un empleo.
Me preguntaba si esa iba a ser mi vida hasta los 67 años. Si tendría que esperar a jubilarme para tener ese valioso TIEMPO. Si iba a malgastar mi vida esperando para poder vivirla un poco.
Llegué a esta simple (pero increíble) conclusión:
El error que estás cometiendo y te obliga(rá) a vivir trabajando 8 horas al día
Nos han enseñado que solo tenemos dos alternativas:
- Tener tiempo, lo cual solo ocurre si NO trabajamos. Eso implica casi necesariamente no tener dinero. Y sin dinero no se puede vivir.
- Tener dinero, para lo que necesitamos trabajar. Si trabajamos, no tenemos tiempo para otras cosas.
Es decir, lo que hacemos es intercambiar tiempo x dinero.
Me di cuenta de que tener un sueldo, o todo lo que fuera cobrar por horas trabajadas (bien siendo freelance o empleado), significaba vender mi tiempo.
Cualquier trabajo en el que el dinero que ganas es directamente proporcional a las horas que metes, te obliga a vender tu tiempo por dinero.
Eso no es escalable, y es la forma más extendida de esclavitud moderna.
Te obliga a trabajar constantemente para generar más dinero. Si dejas de trabajar, dejas de tener ganancias. Por tanto eres 100 % dependiente del trabajo.
Cualquier tipo de vida alternativa que yo me hubiese planteado (vivir viajando, organizar mis horarios, practicar TODAS mis aficiones, conocer cada día gente nueva e interesante, ver otras culturas, dedicarme a mi familia…) era incompatible con trabajar más de 8 horas al día en una oficina.
Es decir, no podía seguir intercambiando mi tiempo x dinero.
Llegados a este punto me planteé qué puede hacer una persona a día de hoy para cambiar esa situación. Y se me ocurrieron dos principales:
- Emprender. Esta opción la descarté en un principio. Aunque era la más obvia, también era la más arriesgada. Implicaba una gran inversión de tiempo y dinero (un dinero que no tenía), dejar mi trabajo de ese momento y perder toda la seguridad económica de golpe. No tenía una idea clara ni buena sobre lo que emprendería, y no tenía ninguna experiencia en el campo de los negocios más allá de ser empleado en una empresa. No me convencía mucho.
(Cuánto ha llovido desde entonces… ¿Quién me diría que, unos años después de plantearme mi camino, llegaría a ser el CEO de mi empresa con un equipo de 20 personas?)
-
Buscar un método alternativo para generar ingresos que fuese independiente de mi tiempo, que no requiriese una gran inversión, comenzara ganándome un dinero extra desde casa y que acabase dándome un sueldo de forma pasiva, aunque no estuviera echándole horas.
Me decanté por lo segundo. Y decidí que el medio más fácil, asequible y a mi alcance para conseguirlo era Internet.
La vida ha sido divertida, porque el segundo camino me llevó al primero. Y a lo largo de todo el recorrido he podido comprender que hay muchas formas de emprender, sin equipo o con equipo.
Aunque no tengas idea de negocios (como era mi caso) o de gestionar una empresa. Lo importante es saber que en todo te puedes formar… Y que cualquier método puede ser escalable si tú te lo propones y das los pasos adecuados para ello, sin que dependa de ti.
Pero para comenzar, elegí el método más rápido y sencillo para mí.
Era perfecto. Ya conocía a gente que vivía 100% de Internet… y sabía que para generar ingresos pasivos y totalmente descentralizados no hacía falta una gran inversión ni había una gran barrera de conocimiento.
Hoy existen tantísimas oportunidades en Internet… sobre todo para quien está acostumbrado a moverse en este ámbito.
Así que pasé mucho tiempo investigando y probando métodos diferentes, ganando un sueldo extra, a la vez que trabajaba, pero ni siquiera es relevante que los mencione todos.
Al final decidí decantarme por el que me pareció más eficaz y menos costoso. Es el que a día de hoy me ha permitido tener justo la clase de vida libre que buscaba: las páginas nicho con afiliación.
A la que sumo los ingresos que me genera mi empresa, a través de la cual doy formación y doy servicio de marketing de afiliados.
¿Cómo se pueden generar ingresos pasivos en Internet gracias a las páginas nicho?
La idea que me atrajo desde el principio, es muy sencilla:
- Escoges una temática y creas una web sencilla sobre ello.
- Dentro de tu página colocas enlaces que llevan a productos o servicios de otras páginas.
- Si las personas que entran a tu página pinchan en alguno de tus enlaces y compran algo de lo que has recomendado, tú te llevas una comisión (eso se llama afiliación).
Este sistema me gustó por lo obvio: tenías que echarle tiempo al principio para crear la web, pero una vez creada era totalmente pasiva y descentralizada. Yo podía estar viajando por ahí o tomándome unas cañas mientras la gente entraba en mi página, yo me llevaba comisiones, y el dinero seguía entrando.
Además podía crearlo desde casa o desde cualquier sitio con Internet, permitiéndome ganar un dinero extra al mes.
Esa era justo la transformación que buscaba.
¿Conseguí lo que me propuse?
Empecé dedicándole un par de horas cada tarde después del trabajo. Cuando tenía un rato libre, automáticamente me ponía con la página.
Me hizo falta ser constante y trabajármelo mucho al principio, pero la motivación de estar por fin construyendo algo para mí, que me iba a proporcionar la libertad que buscaba… bueno, me impulsaba sin esfuerzo.
Con mi primera página nicho sobre vender móviles usados llegué a tener una media de 12 000 visitas al mes. Hubo meses en los que esta web y alguna otra que tenía en marcha, como Monetizados, me llegaron a generar más de 3000 €.
De forma totalmente estable y como base, ganaba 1500 € mínimo todos los meses.
Por ejemplo, este solo artículo me reportó casi 9000 € en un año.
A día de hoy tengo la web abandonada (lleva sin actualizarse desde 2014) porque estoy con otros proyectos, pero de media ha recibido más de 7000 visitas cada mes sin hacer NADA durante cuatro años. El dinero puede seguir entrando de forma pasiva (aunque ahora quiero darle un empujón y ponerla arriba del todo).
Desde 2015, dejé de necesitar por completo un empleo y dejé mi trabajo para dedicarme 100 % a ganar ingresos online. Ahora puedo decir que he conseguido lo que mucha gente ve como timo o imposible:
- Tengo 3 meses de vacaciones al año de media (algunos 4, otros 2… depende de lo que me apetezca). Eso me ha permitido hacer todos los viajes que he querido, incluso vivir en otros países por un tiempo.
- Mi horario es 100 % flexible, y puedo crear nichos desde donde quiera (casa, un coworking en Tailandia o cualquier sitio donde haya Internet).
- No estoy atado a una oficina ni a una ciudad concreta.
- Si en un futuro tengo hijos, sé que podré dedicarles todo el tiempo que necesitan.
- Tengo el método para crear todas las webs que quiera, así que NUNCA me quedaré sin un sueldo mes a mes.
Así que sí, es posible dejar la oficina o reducir tus horas en ella.
Y lo mejor es que no es algo que hiciera hace tiempo y ya está, sino que a día de hoy, a parte de enseñar a hacer este tipo de webs, también sigo teniéndolas.
Esta es la prueba de ello.
En la siguiente imagen verás los ingresos durante el 2018 de una única web. Y eso fue solo en la segunda parte del año:
¿Por dónde empezar para hacer lo mismo y ganar dinero extra trabajando desde casa?
He parado de contar el número de personas que me hacen esa pregunta entre conocidos, familiares y lectores de mi blog.
Es una pregunta totalmente lógica, pero no podía responderla al detalle cada vez que me preguntaban, porque son muchas cosas y hacen falta explicaciones profundas.
Aun así, no quería dejar a todos esos amigos, conocidos y lectores en la estacada. Considero que lo que he aprendido tiene un valor incalculable y puede cambiar de verdad la vida de las personas. Además hay sitio para todos en Internet.
Así que hace poco decidí crear un entrenamiento gratuito donde comparto los primeros pasos que tienes que dar para tener tu página nicho, tengas el conocimiento que tengas, y darte las herramientas básicas con las que podrás empezar cuando quieras.
Si te interesa crear una fuente pasiva de ingresos por Internet, que pueda convertirse en tu trabajo principal desde casa, puedes apuntarte ahora con un solo clic aquí:
Nos vemos dentro,
Esta entrada tiene un comentario
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Alvaro 06/01/2018
¿Puedes pasar enlace a la web del artículo que te generó los 9000€?
Un saludo y gracias.